Sentado sobre ese montón de egocentrismo, ironía, maldad y egoísmo.
Moviendo las manos que con un solo roce que podía derrumbar edificios y romper corazones.
Se creía capaz de gobernar sobre todas ellas.
Se creía capaz de mirarme como una opción entre esas vacías mujeres.
Él no sabia.
Yo no me sentía como opción.
Yo tenia la oportunidad de elegir.
Te miraba hacia arriba con tu cabeza rodeada de nubes de falsa grandeza, sonreias con incredulidad.
Me perdías, lo sabias.
Tratabas de poner tus barreras para que no me alejara y yo solo las saltaba mucho antes de que aparecieran.
Rey de nada, me estabas perdiendo.
Me aprendí todas y cada una de tus torpes y maniáticas jugadas.
Me moví agilmente fuera de todo lo que eras tu y tus falsos sentimientos.
Me di cuenta de que solo me traías a la vida cuando tu querías.
Yo no quería.
Yo no iba a querer nunca mas.
Me estabas perdiendo.
Tu y tus intentos de retenerme solo me alejaban más y más.
Rey de nada, te sorprenderás al final de tu historia al saber que yo era la única dispuesta a disipar las nubes falsas, a bajarte de ellas, tomar tu mano y ponerte en la tierra junto a mi.
Rey de nada, solías gobernar mi corazón.
Me estas perdiendo.
