Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti.

martes, 14 de octubre de 2014

Tú, solo tú.

Podía correr y sentirme como una pequeña otra vez, una y otra vez cuando se trataba de estar bajo tu preciosa sombra. Sus manos eran grandes, enormes, suaves y tersas, me trataban con amor cuando caía y no demoraban en ponerme en equilibrio una vez mas.
Sus pisadas firmes, seguras, enormes. Mis pies sobre ellas no lograban llenar ni media marca pero aun asi me encantaba encajar mis talones en ellas.
Tu voz insitaba a que mis pasos danzaran y mis movimientos se volvieran ritmicos de acuerdo a todas las melodias que tarareabas para mi, solo para mi.
Tus ojos iluminaban el camino que me llevaba a tus brazos y con tu sonrisa ahí podía decir que mi corazón se sentía como en casa.
Cuanto amor, cuanto amor, cuanto amor incluso cuando creí no merecerlo, incluso cuando no me sentí digna tu, tu amor, tu paciencia, tu entendimiento, tu perdón, tu gloria seguía ahí para que pudiera gozarme en ella.

TÚ ESTABAS AHÍ PARA MI
TÚ ME SALVASTE
TÚ ME DISTE PAZ
TÚ ME RODEASTE Y ME HICISTE TU PRINCESA.
TÚ ME HICISTE SENTIR PEQUEÑA UNA VEZ MAS
TÚ, ME AMASTE.