Y casi como si
fuera un sueño ahí estabas, perfectamente posicionado frente a mis hombros. Mi anatomía
se volvía diminuta al compararla con la tuya. Tu mentón llegaba por encima de
mi frente y una de tus manos lograba envolver fuertemente una de las mías, en
cambio ni con ambas manos podía encerrar una de las tuyas. Tus pies siempre señalándome,
tu sonrisa siempre hipnotizándome, tus palabras ¡oh, como me volvían loca! Tu
voz grave armonizaba mis palabras agudas y tus maduras deducciones destrozaban
mis soñadores pensamientos, pero eso no importaba. Tus ojos más azules que el
cielo, tu sonrisa más blanca que la nieve, cada mechón de tu cabello en un
perfecto castaño. Toda una delicia era fundirme en tu abrazo, sentir ese aroma
que más tarde rondaba por mi bufanda y me hacia recordarte, pensarte, incluso
más veces de las que ya lo hacia. Me sentía enamorada, me hacías estarlo. Cada
detalle, cada caricia, cada mensaje. Era una sorpresa constante tus miradas,
ver tus pestañas, las pequeñas marcas en tu cara, tus labios tan atractivos,
tus cejas tan pobladas, las amaba a pesar de que fueran un tanto extrañas. Cada
mueca que me ahogaba en una carcajada, cerrar mis ojos con fuerza y volver a
abrirlos para encontrarme con tu blanca imagen y tu dulce voz. Caminar por la
calle, por el parque, por la playa, por la vida juntos. Que paz sentir tu
abrazo, que paz sentir tu respiración ¡que maravilla de besos! Llámame loca y
perdida, pero la cordura pierde su rumbo y su estancia en mi cabeza cada vez
que tu presencia se acerca a mi existencia. Pequeña en mi misma pero ahogada en
este enorme sentimiento que es solo tuyo. Quiero besos, quiero caricias, quiero
caminar, quiero perderme en tus ojos de cielo, quiero tu aroma. ¿Concédeme una
vida junto a la tuya? Tardes enteras de chistes sin sentido, miradas
penetrantes, sonrisas tímidas y coquetas, ese sofá puede ser el mejor lugar del
mundo entero si solo estamos los dos con la música bajito, bien bajito, como mi
voz al decirte al oído que me muero de amor por ti. Tus manos tibias en mis frías
mejillas, mis besitos en tu nariz. La electricidad que recorre por mi columna y
todo mí ser luego de que dices lo mucho que me amas. Permíteme esta felicidad
adictiva el resto de mi vida y de la tuya, quiero compartir esta dosis de
locura y romanticismo con mi compañero favorito, solo tú, solo tú.
Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti.
lunes, 24 de marzo de 2014
domingo, 23 de marzo de 2014
Gloria.
Hay que bailar, danzar, gritar fuerte y batir el pelo.
Guerrera la tormenta paso.
El sol esta brillando y las nubes se despiden.
¿Creías que esas lágrimas serian eternas?
¿Pensaste que te ahogarías?
Avanzar fue la cosa más difícil, incluso que curar tus heridas.
Darte cuenta que con las rodillas no llegabas a ninguna parte.
Limpia esa cara.
Sacude tu vestido.
¿No ves como todo se esta repletando de flores y de ese dulce aroma a gloria?
El aire se volvió liviano en tu interior, respira en paz princesa.
Comienza a saltar alto por encima de tu alegría, más arriba, más.
Ve como tus brazos, tus manos sienten tocar el cielo.
Y en un ligero intento ya estas siendo libre.
Corre y perfecciona tu tacto, esta tocando el impacto de tu adrenalina.
Se acabo el dolor, se acabo la angustia.
Tu vida sera la aventura más bella, misteriosa y feliz.
Afirma los pies al suelo y pon la mirada en el cielo.
Es tiempo de sonreír.
sábado, 22 de marzo de 2014
Remolinos.
Habían mas espacios que llenar que tan solo el hueco entre mis dedos.
Existían mas sonrisas dentro de mi para salir a flote.
Creadas estaban esas palabras jamas susurradas.
Un sin fin de miradas.
Demasiado sueños, demasiadas canciones.
Quizás un sin fin de ilusiones.
Pasos aun no alcanzados.
Secretos no muchas veces guardados.
¿Buscaba una razón para querer hacer todo esto contigo?
Lo dudo mucho, jamas fuiste ese refugio.
A la deriva danzaba mi alma.
De remolinos emocionantes se repletaba mi mente.
Era tormentoso detenerse.
Y como si eso fuera poco el no tenerte me hacia un peso.
Sofocante el avanzar.
Caricias jamas dadas.
Suspiros perdidos con el oxigeno común.
Tarareo incesante.
Y esa ausencia penetrante.
Ven, llena los huecos, saca a flote las sonrisas, convierte los susurros en gritos, las miradas en palabras, los sueños realidad, las canciones dignas de ser todo un soundtrack en mi vida, que las ilusiones se rompan con el grandioso golpe de la firme realidad, caminemos juntos, vuelve los secretos en confianza pura, sé mi refugio, esa tormenta remolineante en mi cabeza, ese alivio de avanzar, la razón de millones de suspiros que lleven a este aire común a un nivel más allá de lo conocido como normal, tarareos de felicidad y tu presencia junto a mi vida.. entera.
Existían mas sonrisas dentro de mi para salir a flote.
Creadas estaban esas palabras jamas susurradas.
Un sin fin de miradas.
Demasiado sueños, demasiadas canciones.
Quizás un sin fin de ilusiones.
Pasos aun no alcanzados.
Secretos no muchas veces guardados.
¿Buscaba una razón para querer hacer todo esto contigo?
Lo dudo mucho, jamas fuiste ese refugio.
A la deriva danzaba mi alma.
De remolinos emocionantes se repletaba mi mente.
Era tormentoso detenerse.
Y como si eso fuera poco el no tenerte me hacia un peso.
Sofocante el avanzar.
Caricias jamas dadas.
Suspiros perdidos con el oxigeno común.
Tarareo incesante.
Y esa ausencia penetrante.
Ven, llena los huecos, saca a flote las sonrisas, convierte los susurros en gritos, las miradas en palabras, los sueños realidad, las canciones dignas de ser todo un soundtrack en mi vida, que las ilusiones se rompan con el grandioso golpe de la firme realidad, caminemos juntos, vuelve los secretos en confianza pura, sé mi refugio, esa tormenta remolineante en mi cabeza, ese alivio de avanzar, la razón de millones de suspiros que lleven a este aire común a un nivel más allá de lo conocido como normal, tarareos de felicidad y tu presencia junto a mi vida.. entera.
lunes, 10 de marzo de 2014
Consumido amor.
Oh, consumido amor.
Suelta y desata cada uno de los hilos.
Quiero volar, déjame caer con locura.
Quebrar el aire y el impulso con una carcajada ciega.
Abrir los brazos y no sentir gravedad.
Creer que el cuerpo caerá en con un majestuoso fino roce al verde cesped.
Ese en el que baile descalza cuando era verano.
Eran las nubes tan reales como alguna vez las vi soñadora desde el suelo.
Atravesarlas era como cortar con cada uno de los recuerdos.
El sol acariciaba mi tacto.
Y el viento se encarga de separar cada mechón de cabello.
Como te amaba.
Encontrémonos luego de que el suelo me atrape.
Con susurros y risas secretas te buscaré.
Déjame encontrarte.
Suelta y desata cada uno de los hilos.
Quiero volar, déjame caer con locura.
Quebrar el aire y el impulso con una carcajada ciega.
Abrir los brazos y no sentir gravedad.
Creer que el cuerpo caerá en con un majestuoso fino roce al verde cesped.
Ese en el que baile descalza cuando era verano.
Eran las nubes tan reales como alguna vez las vi soñadora desde el suelo.
Atravesarlas era como cortar con cada uno de los recuerdos.
El sol acariciaba mi tacto.
Y el viento se encarga de separar cada mechón de cabello.
Como te amaba.
Encontrémonos luego de que el suelo me atrape.
Con susurros y risas secretas te buscaré.
Déjame encontrarte.
jueves, 6 de marzo de 2014
Debiste haberlo sabido.
¿No extrañas nada?
Dime ¿había algo en el lugar de tu corazón o solo ese hueco
que hasta ahora pienso que existe? Tal
vez creías que mis emociones, mis sentimientos, mis actos y mis palabras eran
solo parte de un libreto o de los labios hacia afuera, pero déjame decirte que
eran mucho más que eso.
Literalmente tú cambiaste mi mundo. Me hiciste ver que había
colores inexplicables en mis estados de ánimo, que había matices ocultos, que existían
melodías de todos los ritmos y tiempos, que las gotas que caían del cielo no
siempre era lluvia y no siempre significaba tormenta. Conocí en mi lugares tan
sencillos como mis manos que se sentían tan débiles solo con el roce de las
tuyas, como mi sonrisa podía volverse completamente enorme solo con verte
respirar, llegaba a los extremos de la felicidad de un momento a otro. Otra ráfaga
de sentimientos locos e inexplicables que alborotaban mi pelo, mis ideas, mis
palabras mis pensamientos, mis acciones, incluso mis pasos se volvían torpes
con solo recordar las mariposas en mi panza, que en ese momento me hacían volar
por encima de la atmosfera y no necesitar el aire para seguir viviendo.
Y así, como logre sentirme tan agusto con todo esto, tan sencillo,
tan casi perfecto, la lluvia que no significaba tormenta asecha sobre mi ilusa
y emocionada cabecita y todo había terminado tan pronto como para no creer que
era cierto. Me costó respirar, me costó no dañar la palma de mis manos con mis
uñas ¡que puños apretados, Dios! Me costó reprimir las lágrimas y las punzadas
profundas en mi corazón, las alas de las mariposas se volvieron grises y su
torpe vuelo se detuvo como si alguien gritara ¡corte! Y no entiendo, no
entiendo. ¿Había algo tan malo en mí? Quizás
mis sonrisas eran demasiado grandes, quizás mis caricias demasiado bruscas, quizás
no era bueno estar despeinada, lo cursi quizás te harto, podría haberme
comportado menos como una tonta, debí haberte apoyado mas, debí haber hecho un millón
de cosas mejor, pero no sé, no sé qué fue lo que sucedió. Te llevaste los
colores, los matices, las melodías, las gotitas de lluvia e incluso el polvo de
las mariposas secas.
Y te miro y no veo absolutamente nada, no hay nada en tu
mirada más que una hueca expresión de que aquí no sucedió nada. Me pregunto si
yo solo soñé o tu corazón está completamente hueco. Analizo y pienso que quizás hay cosas malas en ti y no en mí. Yo no
actué ninguna de mis palabras y no forcé ninguna de mis acciones, pero ahora
creo que tu si lo hacías. Que ilusa.
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