Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti.

lunes, 27 de mayo de 2013

Esa caida lleva tu nombre.

La libertad de saltar de este acantilado sin miedo a que la gravedad me haga golpear tan fuerte el suelo que pueda partirme en millones de pedazos. Mientras caigo pensarte, pensarte de la manera que yo quiero hacerlo, pensarte con todas tus frases, con todas tus caras, con todas tus maneras de sonreír y de parpadear, pensar en cada una de las pequeñas cosas que hacías y no te dabas cuenta lograban que me enamoraba cada vez mas de ti, aunque no quisiera.
Era una caída libre, un juego del destino, una felicidad cargada de adrenalina que hacia que todo mi cuerpo se inyectara de lo que eres tu, solo tu, todo tu aroma, toda tu esencia,  todas tus caricias.
Soy libre de dejarme encantar por ti, enamorada de saber que respirabas para hacerme feliz con eso. Libre de poder sentirte cerca, aferrarme a tus manos, escuchar tu curiosa forma de decir palabras y hacer que riera, riera y con solo pensarte sonreír.
Eras tu una forma perfecta de alegría y tristeza, de sinceridad y misterio, de amor y odio, de caricias y desprecio, eras el eco en mi interior y lo que llenaba mi alma. Encajabas ahí en mi corazón.
Y caía, y continuaba cayendo con el viento en la cara que me hacia sentir más débil que nunca, más ligera, más flexible, más vulnerable.
El acantilado llevaba tu nombre y la caída era tu amor, inestable, inesperado, con un duro final.

lunes, 20 de mayo de 2013

Ahí pero distinto.

Dando vueltas constantes en el mismo lugar nos mareamos de pensar hasta donde llegara esto, si el fin son las estrellas o tal vez sea infinito.
Miro tus ojos brillar frente a las muchas luces pero sabes qué? ese brillo ya no es mi hogar, quizás me perdí hace unos meses atrás, quizás me cegó un poco pero esta noche todo era diferente.
Tu luz alojo otra vida, profunda, tímida, cambiante y yo estaba ahí clara en todo aunque tu aun callabas.
Era bonito aparentar que no te conocía mucho, que mis pequeñas risas cubrieran mis miedos, jugar con mis fríos dedos para parecer más entretenida.
Queriendo saber tanto más pero callando mucho más mis preguntas, mis dudas. 
Lo natural era natural, obviamente. No existía la electricidad que me invadía y se sentía extraño, un poco triste, nostálgico pero en el fondo me llenaba de tranquilidad. 
Respiro el aire frió y se vuelve cálido al llegar a mis pulmones, suspiro y miro a la distancia las estrellas, ellas brillan para mi incluso mucho mas que tus ojos. 
Sonrió al pensar que todo esto fue solo un pedazito de emoción en mi tan esperada larga vida, una pizca de mariposas en la panza, nervio, tristeza y mucho miedo a terminar herida. 
Te veo ahí  siento tu abrazo y todo se siente en su lugar, nada desordenado, ese cariño que alguna vez senti tiene ahora la misma intensidad pero esta dentro de otro contexto en mi inquieta mente.
Siempre seras quien logro hacerme despegar fuera de mi cubierta dura, de mi lugar seguro, de lo que yo misma pensaba de mi.
Sigue sonriendo pequeña estrella.

viernes, 3 de mayo de 2013

Hay que tener la mente muy en las nubes, hay que tener las esperanzas altas, hay que ser soñadora, un poco frágil  callada y sincera cuando se trata de ti.
Guiada por tus palabras bailaba a tu ritmo, me movía a tus ordenes y te seguía hasta la muerte, levantándome  arrastrándome, dejándome ahí.
Desilusionada de lo que se sentía sentir, de lo que se sentía querer, de la persona que decías ser o al menos yo pensé que eras.
Para mi las ilusiones no tenían fin pero tú en segundos lograbas romper cada rincón de ellas, polvo por todos lados.
Debería dejar de creerle a esos ojos y a esa sonrisa tan típica.