Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti.

jueves, 6 de marzo de 2014

Debiste haberlo sabido.

¿No extrañas nada?
Dime ¿había algo en el lugar de tu corazón o solo ese hueco que hasta ahora pienso que existe?  Tal vez creías que mis emociones, mis sentimientos, mis actos y mis palabras eran solo parte de un libreto o de los labios hacia afuera, pero déjame decirte que eran mucho más que eso.
Literalmente tú cambiaste mi mundo. Me hiciste ver que había colores inexplicables en mis estados de ánimo, que había matices ocultos, que existían melodías de todos los ritmos y tiempos, que las gotas que caían del cielo no siempre era lluvia y no siempre significaba tormenta. Conocí en mi lugares tan sencillos como mis manos que se sentían tan débiles solo con el roce de las tuyas, como mi sonrisa podía volverse completamente enorme solo con verte respirar, llegaba a los extremos de la felicidad de un momento a otro. Otra ráfaga de sentimientos locos e inexplicables que alborotaban mi pelo, mis ideas, mis palabras mis pensamientos, mis acciones, incluso mis pasos se volvían torpes con solo recordar las mariposas en mi panza, que en ese momento me hacían volar por encima de la atmosfera y no necesitar el aire para seguir viviendo.
Y así, como logre sentirme tan agusto con todo esto, tan sencillo, tan casi perfecto, la lluvia que no significaba tormenta asecha sobre mi ilusa y emocionada cabecita y todo había terminado tan pronto como para no creer que era cierto. Me costó respirar, me costó no dañar la palma de mis manos con mis uñas ¡que puños apretados, Dios! Me costó reprimir las lágrimas y las punzadas profundas en mi corazón, las alas de las mariposas se volvieron grises y su torpe vuelo se detuvo como si alguien gritara ¡corte! Y no entiendo, no entiendo.  ¿Había algo tan malo en mí? Quizás mis sonrisas eran demasiado grandes, quizás mis caricias demasiado bruscas, quizás no era bueno estar despeinada, lo cursi quizás te harto, podría haberme comportado menos como una tonta, debí haberte apoyado mas, debí haber hecho un millón de cosas mejor, pero no sé, no sé qué fue lo que sucedió. Te llevaste los colores, los matices, las melodías, las gotitas de lluvia e incluso el polvo de las mariposas secas.

Y te miro y no veo absolutamente nada, no hay nada en tu mirada más que una hueca expresión de que aquí no sucedió nada. Me pregunto si yo solo soñé o tu corazón está completamente hueco. Analizo y pienso que  quizás hay cosas malas en ti y no en mí. Yo no actué ninguna de mis palabras y no forcé ninguna de mis acciones, pero ahora creo que tu si lo hacías. Que ilusa.

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